Uno de los patrimonios con mayor valor histórico de la ciudad, donde el inca Atahualpa pasó sus últimos días con vida como prisionero de los españoles. Está cerca de la plaza de Armas.
De los tesoros históricos más celados por los peruanos, especialmente por los cajamarquinos. Fue allí donde entre 1532 y 1533 se pagó inútilmente la liberación del último mandamás del imperio Inca bajo custodia de los conquistadores: Atahualpa.
Este salón levantado en piedras de origen volcánico es también lo único que queda en Cajamarca de la época inca, siglo XVI.
Sus tres metros de altura en la fachada y poco más de 11 metros de largo y 7 metros de ancho, fueron ocupados por piezas de oro y plata como pago de Atahualpa para su libertad. Más de 500 años después, la marca de la mano con la que el inca señaló la altura de hasta donde llegarían los metales preciosos, aún puede verse.
Los españoles tomaron toda esa riqueza, la fundieron y 8 meses después, sentenciaron al inca, primero a la hoguera, medida que se desestimó y luego a la horca, muriendo en la actual plaza de Armas en 1533.
Este monumento incaico no puede tener mejor ubicación en la ciudad. A 50 metros de la plaza de Armas y a menos de 20 minutos de distancia de Baños del Inca, otro distrito turístico de la región.
Conocer la historia. El Cuarto del Rescate se visita para conocer de historia y algo de la leyenda del Perú antiguo. Una parada turística obligada para tomar fotos y recoger información de primera mano sobre los últimos días del gran imperio Inca.
Ver museos cercanos. El ingreso al emocionante salón es por 5 soles, boleto con el que también se visita el circuito de museos (arqueológico, etnográfico y médico) cercanos. Solo al entrar, los turistas se topan con finas y descriptivas pinturas de lo sucedido.
Se puede llegar a Cajamarca vía terrestre o aérea desde Lima y Trujillo. El centro histórico de la ciudad está rodeado de sitios turísticos que serán un gusto conocer.
Al salir de la plaza de Armas y luego de una corta caminata de 2 minutos, se llega al jirón Amalia Puga 750, donde se ubica el Cuarto del Rescate, monumento abierto de martes a domingo de 9 am a 5 pm.
Entrar con un guía. Aunque el recorrido se puede hacer solo, lo mejor será contratar uno de los guías y profesores que están en las afueras del Complejo Belén y en la entrada del Cuarto del Rescate, que por 10 a 20 soles por grupo relatan la historia de lo que pasó en la famosa habitación.
Leer un poco de historia. Si se prefiere entrar sin guía, lo mejor será documentarse un poco de los últimos días de Atahualpa para que la visita no resulte en solo ver un cuarto vacío.
Ir a la hora del almuerzo. Aunque cualquier hora es buena entrar al recinto, la del almuerzo es la más cómoda por la poca afluencia de turistas.
Degustar la comida local. No se puede abandonar la ciudad sin antes probar su gastronomía y visitar también la catedral Santa Catalina y la iglesia San Francisco, ambas de bella arquitectura barroca y cercanas al Cuarto del Rescate.
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